Vestimenta:
Musica:
Al término de la danza, la melodía concluía en una fuga de compás acelerado. La comparsa se complementaba con los músicos, “sicu-morenos” que, ataviados con trajes de luces, iban tocando, formados en dos columnas detrás de la cuadrilla, así se inició con el famoso cacharpari, aunque existe una versión lisonjera en la que se alude a un rico comerciante de apellido Pari, muy conocido en nuestro medio, quien habría luego de pasar su alferado ofrecido una verdadera bacanal.
Pasos:
El Diablo Mayor es el primer bailarín, cuyo poder se advierte por el hecho de ser quien da las órdenes para las mudanzas y por encabezar el conjunto de baile, el que está conformado en su mayor parte por diablos y cholas. Los diablos son los bailarines que se ubican en los costados del grupo rodeando a las cholas o supays (chinas morenas) quienes, instaladas en el centro del conjunto, representan a la esposa del demonio. Junto a ellos, en posiciones variables, se instalan los angelitos, representados por una o dos niñas, vestidas de blanco, que preceden al diablo en la entrada al templo; y los comodines o figurines, personajes de gran colorido que representan identidades típicas de la región.
¿Que representa el baile?
El oso, en representación del mestizaje y de la fuerza; el cóndor, símbolo de lo altiplánico andino, o el Rey Moreno, identificador de las morenadas bolivianas
El baile, de plena vigencia, es posible apreciarlo en numerosas fiestas religiosas como las de La Tirana, de Nuestra Señora de las Peñas, de la Candelaria en Copiapó, de Andacollo o de la Virgen del Carmen en Maipú.
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